Pesadilla antes de Navidad

Hace poco menos de un año esta película me inspiraba también un post pero de manera más optimista y con otra temática. Hoy me reafirmo en las convicciones que siempre he tenido de que la navidad es horrible; se trata de la época en la que la raza humana más despreciable se muestra. Una falsa felicidad autoinducida invade las mentes de millones de personas, nos creemos buenos por regalar cosas a nuestra familia y creemos que nos queremos porque nos reunimos una vez al año.
Celebrada por una mayoría de ateos, esta fiesta a mi lo único que me aporta son satisfactorias comilonas y escasos regalos entre los que se salvan uno o, con suerte, dos. A parte de eso, las reuniones familiares y comidas son un impedimento para que en los contados seis días que estoy en mi ciudad natal pueda ver a una serie de amigos a los que realmente quiero más que a un cuñado o a un primo estúpido.
Lo único que apruebo de estas fechas es la fiebre por el consumismo. Eso me gusta. Creo que eso sí que es una fuente de felicidad. De modo que el único consejo que puedo daros es que no caigáis en una falsa emotividad y en unas creencias en las que no creéis otros meses, pero que sí disfrutéis del sano consumismo que sí que apreciáis y abrazáis el resto del año.