martes, mayo 04, 2010

Put the blame on mame


Hoy está siendo un día poco común. Después de un ataque de responsabilidad a primera hora de la mañana en el que he ido a hacer todo lo que tenía pendiente (pagar recibos, planchar, ir a la farmacia a por mis medicinas…), he decidido mandar a tomar viento fresco mi austeridad propia de la economía de guerra de la crisis y me he ido de compras. Después de comparar precios y productos en Zara y H&M –porque uno se ha saltado el ahorro pero sigue siendo igual de pobre- me he comprado dos camisas. ¡Y vaya dos camisas que me he comprado oiga! Tengo la moral altísima, voy más chulo que un ocho y estoy bien guapo. Es lo que tiene el consumismo, que a uno se le alegra el día.

Cuando he llegado al trabajo me he acordado de un favor que tenía que hacer a mis antiguos compañeros del canal de noticias. He tenido que llevarles una guitarra eléctrica de mi departamento para que hicieran unas pruebas de sonido porque hoy tienen la visita de algún músico. Pues bien, el favor no sólo se quedaba ahí, también me han pedido que me pusiera a tocar para la prueba. Después de media hora tocando, que ya no se me ocurría qué más tocar, con toda la redacción mirando y yo totalmente colorado de la vergüenza, van y me piden los técnicos de sonido que me ponga a cantar al mismo tiempo que toco la guitarra. Yo ya no sabía dónde meterme, he empezado a cantar pero suavecito por el bochorno que estaba pasando y al final me han pedido que cantase de verdad, a viva voz. Lo cierto es que en el fondo ha estado bien, cuando he tenido que cantar me he puesto con diferentes temas de Rufus Wainwright como Go or go ahead o Gay Messiah.

Después he vuelto a mi puesto, he encendido el ordenador y me he encontrado un mensaje en el facebook: “¡Enhorabuena! ¡Eres el ganador de dos entradas para ver mañana a Rufus Waiwright!” He flipado, he pensado que podía ser una broma y no podía entenderlo. Lo que es la vida y lo que son las coincidencias, después lo he comprobado y ya me lo he creído. Resulta que había participado en un concurso en el que preguntaban qué canción clásica de alguna película de Hollywood me gustaría que tocara Rufus en directo. Ya imaginaréis qué canción puse yo. Ahora sólo me queda encontrar una acompañante y esperar a ver si toca la canción.