lunes, abril 05, 2010

¿Quién soy?


Qué difícil es conocerse a uno mismo. A lo largo de la vida nos esforzamos en ser aceptados y cambiamos nuestra forma de ser según el contexto para agradar a los demás. El ser humano es un ser social que depende del resto de individuos para conseguir lo que necesita tanto para sobrevivir como para ser feliz.

Recordemos al viejo amigo Maslow y su famosa pirámide: Según el señor Abraham, todos debemos cubrir una serie de necesidades que van desde lo básico para la supervivencia hasta llenar nuestro yo interior. Conforme se van cubriendo los niveles inferiores se incrementan los deseos de cubrir los superiores. En el nivel más bajo están las necesidades fisiológicas, después la seguridad, las necesidades sociales, la estima y la autorrealización. De ese modo el hombre debe socializar para conseguir lo que necesita su cuerpo hasta seguir dependiendo de otras personas para conseguir lo que necesita su mente. El problema es que la sociedad es esencial en los primeros niveles, habituándonos a ello, y se nos hace más difícil acabar nuestra madurez y aceptar que el final del camino hay que hacerlo solo. Para sentirse bien se necesita pensar que uno agrada a alguien fuera de sí, pero también es necesario agradarse a uno mismo con total franqueza.

La sociedad, como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Así como puede ayudarte puede destruirte. Un hecho común a todas las sociedades es la tendencia a clasificarlo todo. Cuando algo se sale de lo normal es rechazado por la mayoría ya sea de la sociedad global o de un micro-grupo de amistad o familiar. Véase el caso de las mujeres en busca de los mismos derechos que el hombre, los transexuales o quienes rechazaban la religión impuesta ente otros muchos casos. Gracias a estos “outsiders” las sociedades se han ido volviendo poco a poco más abiertas, plurales y tolerantes.

Conforme crecemos, las personas nos volvemos una máscara tras otra máscara tras otra máscara… y olvidamos quiénes somos realmente. Adoptamos un disfraz según con quien estemos porque queremos complacer al prójimo para favorecer a nuestro Yo social en detrimento de nuestro Yo interior. Todos nos hemos preguntado en algún momento de nuestra vida quiénes somos realmente pero por culpa de los clichés antes mencionados para clasificarlo todo, nos engañamos a nosotros mismos y no aceptamos la persona que somos realmente para permanecer dentro de lo establecido y ser aceptados por los demás. Los “outsiders” de los que hablaba son los únicos con el coraje suficiente para quitarse las máscaras, dejar de dar prioridad absoluta a lo que la gente piense sobre ellos y asumir que lo más importante es ser uno mismo y quererse como uno es. Estos son los héroes de la sociedad; quienes la hacen avanzar y los pocos que realmente alcanzan la autorrealización.

¡Quitémonos las máscaras! Atrevamos a conocer y a aceptar quiénes somos en realidad. Es un camino largo y difícil en el que nos puede asustar lo que vamos descubriendo, pero al final merece la pena.

3 Comments:

Blogger wildwildreally said...

ainss nuestro amigo Maslow, qué de cosas tiene este buen hombre pero hay claro un punto, la autorealización es un estado muy importante en la vida de todas la personas, o debería serlo.

yo creo que conforme vamos creciendo y madurando cada vez más nos importa menos ser aceptados, y cada vez más luchamos por hacer y ser lo que queremos, sin importar lo que piensen a nuestro alrededor. Vamos, que es una etapa de madurez.

Buen post, me ha encantado leerte... se te echaba de menos :)

4:29 p. m.  
Blogger angie said...

yo siempre he sido más de pirámides egipcias, debe de ser la deformacion profesional..
pero bueno, también diré que tus dos últimos post van bastante relacionados, los ciclos de la vida se asocian frecuentemente a cambios de nivel en la pirámide, lo que pasa es que a veces, como nos cuesta subir, nos repetimos un poco, o bajamos al campo base para reponer fuerzas e intentar atacar la cima otra vez. en el fondo la vida es una montaña, para algunos una colina, para otros es como el everest. el caso es equiparse bien y llegar a la cumbre, tardes más o menos, porque alli te encontraras contigo mismo, lo que pasa es que él que ha subido por el otro lado.
que rollo en poco rato, pero bueno yo me entiendo.
la primavera es una buena estación para subir. bienvenido!

10:49 p. m.  
Blogger Rick said...

Jelly, muchas gracias, lo malo es que cuando nos creemos que no nos importa lo que digan los demás va y nos sorprendemos al importarnos. Vamos que somos gilipollas.

Angie, supongo que sí es cierto que hay que ir subiendo y bajando poco a poco por tramos y que lo importante es no desandar demasiado el camino hacia arriba. A ver si esta primavera es de verdad hacia arriba.

5:56 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home