Es triste de pedir, pero más triste es de robar

De traca, esta última semana ha sido de traca. El miércoles fui a recuperar mi cartera, la tenía una amiga y quedamos en un bar con otros amigos. Me bebí un vino y, como soy un tunante, se me calentó el morro y lo que iba a ser recoger la cartera y vuelta a casa, se convirtió en un recorrido de garitos y yo pidiendo dinero a mis compañeros de borrachera porque no podía sacar dinero ya que había anulado la tarjeta. El resultado: 70 euros de deuda, una resaca considerable y mi americana favorita perdida en algún lugar de la sala Heineken. Me hubiera salido más barato no recuperar la cartera.
El sábado prometía. Concierto privado de Bunbury en la grabación de lo que va a ser la primera emisión en 3-D de Canal+. Todo muy bien si no llega a ser por lo “croqueta” que me puse delante de mi jefe y que intenté robar unas gafas especiales de 80 euros de la zona “supervip” por las que casi me echan (menos mal que me tocó un segurata majete). Tras eso tuve que buscarme la vida para encontrar un sitio en un coche que me llevara de vuelta a Madrid. Por fortuna el alcohol desinhibe y hace que no te importe avasallar a cualquiera que conozcas mínimamente. De hecho tuve suerte y la chofer que conseguí es una chica majísima. Esta muchacha me dejó en la ciudad donde cogí un taxi para ir a donde estaban mis amigos y entonces fue cuando me di cuenta. ¡Había perdido otra vez la cartera! Segunda semana consecutiva que me pasa esa putada. Supongo que me lo había buscado. Finalmente en lugar de devolver el dinero a quien me lo había prestado tuve que volver a pedir, primero para el taxi y luego para las copas.
La noche terminó con un servidor dando pena con mis bailes y una chica desnudándome en mitad de un bar. Tranquilo todo el mundo, no pasó nada: soy un pagafantas.
El sábado prometía. Concierto privado de Bunbury en la grabación de lo que va a ser la primera emisión en 3-D de Canal+. Todo muy bien si no llega a ser por lo “croqueta” que me puse delante de mi jefe y que intenté robar unas gafas especiales de 80 euros de la zona “supervip” por las que casi me echan (menos mal que me tocó un segurata majete). Tras eso tuve que buscarme la vida para encontrar un sitio en un coche que me llevara de vuelta a Madrid. Por fortuna el alcohol desinhibe y hace que no te importe avasallar a cualquiera que conozcas mínimamente. De hecho tuve suerte y la chofer que conseguí es una chica majísima. Esta muchacha me dejó en la ciudad donde cogí un taxi para ir a donde estaban mis amigos y entonces fue cuando me di cuenta. ¡Había perdido otra vez la cartera! Segunda semana consecutiva que me pasa esa putada. Supongo que me lo había buscado. Finalmente en lugar de devolver el dinero a quien me lo había prestado tuve que volver a pedir, primero para el taxi y luego para las copas.
La noche terminó con un servidor dando pena con mis bailes y una chica desnudándome en mitad de un bar. Tranquilo todo el mundo, no pasó nada: soy un pagafantas.
5 Comments:
Pero cosica, ¿qué te está pasando? Madre mía que aventuras que nos cuentas... La gran ciudad te está desarmando!
Y el super concierto en 3D qué tal fue?
ay como te lea tu madre! ;-)
Ya, majas. Más me valía relajarme un poquito que en los últimos tiempos parece que estoy volviendo a tener 18 años.
Lau, el concierto muy bien aunque con parones por ser una grabación.
Ripley, por mi madre no me preocupo porque la última vez que me vino a visitar se enganchó ella también una cogorza...
jajajaja vaya aventuras, madremía, creo que este año va a dar mucho de sí contigo jajajajaa y el comentario de tu madre JAJAJAJAJAJAJA sorry, pero no he podido evitar partirme de risa xD
Gracias jelly, siempre mola saber que has arrancado una sonrisa a alguien, y con la rachita que llevo me parece que va a haber bastantes mas historias como esta.
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