jueves, abril 22, 2010

¿Hay esperanza para los informativos en España?


Cuando estudié la carrera recuerdo que aprendimos la evolución de la Paleotelevisón a la Neotelevisión que se produjo a mitad de los años 80. La revolución se produjo cuando entraron en juego las cadenas privadas y, de ese modo, una competencia que debía afrontarse consiguiendo las mayores audiencias en detrimento de la calidad. Uno de los pilares básicos de las diferencias consistía en los progresos de los informativos que pasaron a dar menos importancia a las tres normas básicas de la información que son la veracidad, los criterios de importancia y de proporción y la separación de la información y la opinión. Como siempre, Europa ha ido a rebufo de Estados Unidos y España a rebufo de Europa. Sin embargo desde hace unos diez o doce años España ha decidido tomar un camino alternativo que supera todas las normas deontológicas de la profesión.

Poco a poco se fue prolongando la duración de los espacios informativos introduciendo noticias poco relevantes pero llamativas que en ocasiones trataban de hechos más personales otorgando una cara a la noticia (lo cual está bien), y noticias que buscan el mero morbo (el síndrome “Impacto TV” que está mal). Esto se aderezaba con la combinación de seriedad para unos temas y cierto humor para otros. Todos tenemos en mente los famosos chascarrillos del señor Matías Prats hijo.

De ese modo los informativos españoles fueron acercándose más a los sucesos y comenzaron a tratar las noticias llamadas “serias” como un tremendo rifirrafe más próximo a los programas de prensa rosa que al análisis objetivo de los hechos acontecidos. Si a esto le sumamos la evidente división política que arrincona a unos canales y a otros impidiendo que las redacciones sean independientes conseguimos lo que tenemos ahora. No olvidemos la doctrina que nos mostraba el señor Gabilondo. Muchas veces se podía coincidir con lo que se decía pero profesionalmente es inaceptable que un presentador de informativos te ofrezca directamente su versión de la realidad y te sugiera lo que debes pensar. Es para televisión como si se ofreciera opinión en los boletines horarios de la radio.

Por todos estos motivos la comunidad periodística internacional ha dado ya varios toques de atención a los periodistas españoles para que se acerquen más al rigor y menos al espectáculo. Se llegó a decir que los programas informativos de televisión de España eran los peores del mundo, y si vemos la relación calidad-precio no nos puede caber duda de que es cierto.

Sin embargo últimamente se ha ido produciendo un cambio. Frente al amarillismo espectacular de Antena 3 o Telecinco, TVE (con más medios que nadie) ha girado hacia la profesionalidad y la pluralidad sobre todo a través de su canal de información 24 horas. Juan Pedro Valentín dio el primer paso dando frescor a dicho canal y Vicente Vallés, su sustituto, ha sabido otorgarle el rigor necesario para producir información veraz, plural y entretenida. Recomiendo encarecidamente el que para mí es el mejor programa de la televisión en España que es La noche en 24 horas. Por otro lado, ante la inminente revolución en Cuatro por la compra de dicho canal por parte de Mediaset, se ha dado la vuelta a CNN+, canal de noticias de Prisa. Ahora hay más programas mejor dirigidos y más interesantes en lugar de un continuo diferido enlatado que se quedaba obsoleto todas las noches ya que no había medios para refrescarlo.

Estos cambios son un soplo de aire fresco a la información en la pequeña pantalla pero… ¿Seguirá adelante o volverán las audiencias a decapitar todo intento de buscar la profesionalidad?

2 Comments:

Blogger wildwildreally said...

pues sí que me había fijado en las diferentes etapas, pero mira, leyéndote es cómo darte cuenta aún más de las cosas, y además entenderlas :)

6:33 p. m.  
Blogger Rick said...

Lo mío es deformación profesional, no puedo evitarlo.

4:00 p. m.  

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