lunes, mayo 30, 2011

Superado por las circunstancias


Contra lo que pueda parecer no estoy mal, estoy bien (a medias) pero me encuentro desubicado. No sé ni dónde estoy. Este último mes ha sido una montaña rusa en todos los aspectos. Hay veces que te dejas llevar sin parar hasta que llegas a un punto en el que no sabes cómo has llegado hasta allí o dónde coño está ese allí.

Para empezar está el trabajo. No sabemos si nos van a echar, externalizar o qué. A eso se junta el goteo de bajas voluntarias que nos hace que haya un par de despedidas por semana con sus correspondientes juergas. Mala vida (I). Por otro lado, vuelvo a dar bandazos entre las amistades. No tengo problemas con ellas, lo que pasa es que tengo demasiados compromisos o demasiada gente con la que me parece que tengo que cumplir. El resultado de esta locura es que al final todos piensan que paso de ellos porque no nos vemos con regularidad, pero es el "efecto boda": quieres juntarte con tanta gente que al final a cada uno lo ves muy poco. Por lo tanto, terminas saliendo todos los días para intentar no llevarte reprimendas. Mala vida (II). Luego está el tema del amor (qué cursi me pongo a veces). Ese tema te desubica desde el principio y para intentar ubicarme necesito salir con la persona que me desorienta o con otras para desorientarme del todo. Y es que últimamente me está pasando lo que no me ha pasado en mi vida, estoy triunfando como la coca-cola. No hay fin de semana que una señorita o dos no se me tiren a la yugular, pero para eso hay que salir. Mala vida (III). Sin embargo estoy tan desubicado que paso de las susodichas. Compadezco al psicólogo que quiera intentar comprender mi cabeza.

Con tanto jaleo no me extraña que la última semana haya estado taquicárdico perdido. No puedo ni dormir media hora seguida, las pesadillas se apoderan de mi sueño y me despierto con el corazón que se me sale por la boca. Ayer me dijeron que era mala conciencia. No podían decirme algo más típico, pero no es cierto. Ahora mismo mis demonios me permiten dormir, que es lo que más suele costarme, lo que pasa es que por primera vez no puedo mantenerme dormido. Lo dicho, estoy desubicado con tanto salto mortal de la vida y me superan las circunstancias. Sin embargo, mantengo una actitud positiva, y me gusta.

miércoles, mayo 04, 2011

¿Amistad?


El amor no correspondido siempre resulta frustrante. Pero no me refiero al amor del que parece que hablo. Hay muchos tipos de amor y uno de ellos es la amistad. Yo distingo entre amigos y conocidos. Con los conocidos puedes quedar, emborracharte, hasta compartir muchas vivencias pero hay un punto que no traspasas. Los amigos son esas -escasas- personas a las que quieres, no como pareja, pero por los que darías lo que fuera.

Éste es un tema que lleva rondando mi cabeza los últimos días porque me he dado cuenta de que siento celos por una amistad. Los celos son otra cosa que, yo creo, está infravalorada. Es cierto que unos celos obsesivos y posesivos no son nada buenos y menos en una relación de pareja. Pero es normal sentir algo de celos de vez en cuando siempre que se sepan controlar. A fin de cuentas los celos son un pecado y una virtud al mismo tiempo: un pecado ya que los mueve la envidia de que el amor de otra persona también recaiga sobre otro, y una virtud ya que es el amor y la necesidad de la otra persona lo que los genera. No olvidemos que ya he dejado claro que hablo de amistad, no de romance. No quiero que se me malinterprete.

Me duele y no sé cómo tomármelo, tengo esa sensación. Pienso que quiero a una persona mucho, bastante, y no veo la reciprocidad. Siento que yo pretendo una verdadera amistad y la otra persona no se deja querer. No tengo claro si para esa persona soy un amigo o un conocido. Por ahora he recibido desde detalles muy gratos y sinceros de auténtica amistad hasta desplantes injustificados que ni siquiera han sido mencionados después. No sé cómo actuar. Creo que lo mejor es que el tiempo pase y las cosas se aclaren.