martes, abril 19, 2011

Los vampiros del alma


Hoy casi no tengo trabajo. Ayer fue un día duro, muy duro, y acabó como acaban esos días, es decir, en un estado de semiconsciencia y con malas compañías. Menos mal que había venido mi padre a verme a Madrid y algo en el fondo de mi cerebro me impulsó a ser medianamente responsable y a no llegar ni muy mal ni muy tarde a casa. ¿A qué venía todo esto? ¡Ah! Ya sé, venía a que el otro día quise escribir un post pero me costaba tanto que lo dejé y hoy que tengo tiempo me estoy forzando a hacerlo. Se trata de un post oscuro, desagradable y hasta que no lo terminé no me quedaré en paz. No se trata de ninguna tragedia aunque hasta ahora pueda parecerlo; se trata de algo incómodo y que cada cierto tiempo recorre mi mente. Para poder redactarlo me he encerrado en mi despacho con la luz apagada y he buscado un disco oscuro que me guste para ponerme en situación. La elección musical ha sido el "Violator" de Depeche Mode, un clásico que nunca defrauda.

Siempre he presumido de llevarme bien con casi todo el mundo que he conocido, a lo que mis amigos más cercanos respondían matizando que lo que yo hago es querer a una mayoría de manera visceral y odiar a una minoría con el mayor desprecio. No pretendo engañarme a mí mismo, es cierto, pero muy rara es la ocasión en la que esos sentimientos me superan. Cada cierto tiempo (mucho, afortunadamente) me encuentro con un tipo de personas con las que soy absolutamente incompatible. No sé decir por qué, no hay motivos, podemos tener gustos e inquietudes similares o hasta seguir las mismas corrientes de pensamiento, políticas o culturales pero siento que algo no funciona. El efecto que esas personas provocan en mí no es inmediato, es de desgaste. No sé cómo describirlo pero comienzo a sentir aversión y una mezcla de sentimientos que no sé como determinar y, por ello, creo que lo mejor será que ponga un ejemplo de la última vez que me ha pasado algo así.

El círculo socio-laboral tiene que trabajarse, nunca es fácil, pero pronto llegas a una estabilidad. Hay gente más afín, otros con los que se establece una correcta relación de cordialidad y hasta gente con la que se mantiene mutuamente una distancia prudencial. Todo en orden. Pero hace unos meses llegó una de esas personas que te descolocan. No había motivos para las diferencias y nunca hubo un enfrentamiento directo. De hecho mi primera valoración de esa persona fue positiva hasta que empecé a sentir inestabilidades en mi interior. Dichas inestabilidades se fueron haciendo más patentes pero, al mismo tiempo, veía que todo mi círculo más cercano comenzaba a sentir más afecto y cercanía por el "elemento" en cuestión. Debo decir que coincidió con una mala época para mí, muchas circustancias adversas, sin embargo no era motivo para sentir lo que sentía. No quería ir a trabajar para no ver a esa persona, me causaba repulsa. Me sentía triste y llegaba imaginarme auténticas paranoias en mi mente infectadas por celos personales y laborales. Tampoco voy a negar que ciertas pasiones ocultas, una mujer y una tensión sexual no resuelta acrecentaron y dinamizaron el proceso aunque no hubiera razones reales para ello. Lo peor es que era capaz de discernir a la perfección mis sentimientos y no podía remediarlo mientras, al mismo tiempo, una clara sensación de superioridad sobre esa persona se confundía con la de inferioridad en determinados aspectos. Recordé que me había pasado antes con otros actores que el destino me había presentado y que todo se solucionaba cuando salían de mi vida.

Afortunadamente para mí esa persona desapareció hace poco de mi rutina (espero que para siempre). Además coincidió con la llegada de la primavera y cuando comencé a volver a tomar las riendas de mi vida. Desde entonces, de un día para otro, la felicidad o al menos la estabilidad emocional han regresado a mi día a día. Me puse a pensar en ello y decidí catalogar a esas personas como vampiros del alma. Sí, ya sé que suena estúpido y pueril pero es lo único que me vino a la cabeza.

Siempre he sentido fascinación por los vampiros y, aunque ahora que los tenemos por medio de series, libros y películas hasta en la sopa, me siguen pareciendo unos seres fantásticos apasionantes. Los muertos vivientes que se alimentan de la vida del resto y se caracterizan por su falta de escrúpulos y su elegancia. Por eso me duele tanto la sensación de que las personas que más me recuerden a esas criaturas en la vida real me hayan causado tanto malestar. Siento que alimentan sus energías con todo lo bueno que hay en mi interior hasta dejarme vacío salvo de malos sentimientos y eso resulta frustrante.

Por eso ahora mantengo la esperanza (por muy cursi y adolescente que parezca) de que un vampiro de verdad me convierta para así vengarme consumiendo hasta la última gota de vida de esas personas que en lo único que se caracterizan a simple vista es en lo poco interesantes que resultan, la poca elegancia que lucen y lo despreciables y carroñeros que son en su interior.

1 Comments:

Blogger wildwildreally said...

El otro día leí este post, pero no he querido comentar hasta volver a releerlo con calma. Es interesante el concepto de vampiros=infumables (que es como yo los defino).

Lo cierto es que a mí me pasa algo parecido. En mi caso hay gente insulsa, como he dicho, infumable, inaguantable, nada interesantes, que además van de "divos" cuando en realidad están llenos de inseguridades... pues no sé, pero esa gente insulsa (no por ser insegura que vamos, el que no lo sea en alguna área, u ocasión, miente descabelladamente) me echan para atrás. Es más los suelo aborrecer por mucho que me los quieran "hacer tragar". En mi caso, puede venir provocado por una conversación, su forma de hablar, su forma de escribir que me transmite lo suficiente como "para ver" a través de todo eso. No sé, yo antes no era así pero creo que me convertí así cuando por mi trabajo terminé obligada a conocer a infinidad de personas y muchas veces intentar discernir el tipo de personaje que era realmente, y no su fachada. Lo peor: no suelo equivocarme, así que no me preocupa para nada lo que piense la gente si me ven de esa forma hacia alguien en concreto, ni tampoco pierdo el tiempo intentando explicar mi rechazo total y absoluto a esa gente... Los quiero lejos y además muy lejos :)))

Pero eso que dices de los vampiros del alma mmm interesante concepto :))

6:41 p. m.  

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