Votar unas tortas

Es un mismo idioma pero son diferentes formas de expresarse.

Al llegar a Madrid se me escapaban muchas cosas ya que no comprendía su significado. Algunas expresiones eran nuevas para mí, otras que utilizaba yo no las entendía la gente, y hasta algunas idénticas querían decir cosas contrarias.

Recuerdo que al principio pensaba que los madrileños estaban locos: al txaka lo llaman surimi o palitos de cangrejo, las villavesas se denominan autobuses urbanos, los “katxis” son “minis” y lo más inquietante es que al sandwich de jamón y queso lo llaman “mixto”.

Por lo tanto, no es de extrañar que al recibir el sábado un mensaje de una amiga en el que se leía (cito textualmente) “no cenes porque vamos a votar unas tortas”, creí que se trataba de jerga madrileña que no comprendía. Sin embargo lo que la amiga quería haber escrito era “tomar unas tostas”, pero al escribirlo mientras conducía fumada se equivocó. Se le perdona porque es un poco limitada y hay que quererla como es.

Estoy fatal.

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Un año de blog, un año de club de los imposibles. La sensación que tengo es que la poca gente que entra aquí a escribirme vale la pena y eso para mí es mucho mejor que tener uno de esos famosos blogs masificados en los que muchísimos gilipollas compiten por ser el primero en escribir un comentario.

Gracias a todos por hacerlo posible.

Gracias, gracias querido público!

Ni la música ni el grupo me emocionaban, pero había quedado con unos colegas para ir a un concierto de punk por hacer algo aquella noche. Como al llegar a la sala no había entradas decidimos ir a un bar a echar una copa. La cosa se empezó a poner friki cuando en el bar nos dejaron pasar sin pagar a una sala interior abarrotada de público donde en un escenario se representaba un “catch impro” tal y como anunciaban los carteles.

Y vosotros (al igual que yo en aquel momento) os preguntaréis qué coño es un “catch impro”, pues bien, es algo así como un combate de improvisación teatral. Dos parejas improvisaban acerca de temas y situaciones elegidos por el público y guiados por el conductor del show. Resultaba realmente gracioso, divertido, raro... friki en definitiva, y al final el público decidía cuál era la pareja ganadora. Después de aquello el conductor del espectáculo pidió que saliera una pareja voluntaria, y a que no adivináis quién salió? En efecto, un servidor con un colega.

Vaya ocurrencia! Con tantísima gente mirando y tantos focos las piernas nos temblaban a los dos; a pesar de todo hicimos lo que pudimos y salimos al paso frente a otras dos voluntarias mucho mejores actrices. Hicimos el gilipollas como Dios manda. La putada fue que luego tuvimos que volver a salir al escenario y ahí fue cuando me bloqueé y me quedé en blanco sin decir nada. Sí, una vez más fui el imbécil de la noche mientras mi colega se salía, hasta cantó “Escándalo” de Rafael!

En ese momento me di cuanta de que nunca llegaría a ser actor. A pesar de que hago bastante el payaso no estoy hecho para la comedia. Quién sabe? Quizás lo mío sea el drama, o más probablemente esté más dotado para ser actor porno. Nunca se sabe.

Marrón, ocre, rojo, amarillo...

Sigo soñando mucho, mucho y raro, cada vez más pesadillas. He deducido que es por mi mala conciencia (proyectos que no llevo a cabo, desafíos que no sé afrontar, discusiones con colegas...).

Estos días han venido mis padres a echarme una mano con la casa ya que piensan que soy demasiado “lo peor” para hacerlo todo y lo más duro es que tienen razón. En el fondo no soy más que un niño pijo de mamá que vive solo en Madrid. Me están ayudando mucho pero también tiene sus contras: alguna discusión inevitable y una de mis camisetas favoritas desteñida a pesar de insistir en que no me pusieran la lavadora.

Ya llegó el otoño. Según los expertos y los medios de comunicación comenzó hace casi un mes pero en esta ciudad se empieza a notar ahora. Me di cuenta hace dos días cuando al bajar del autobús a las ocho de la mañana para ir al trabajo sentí por fin el olor de esta estación. Llevo año y medio en Madrid pero el año pasado no estuve en la transición de verano a otoño y se me está haciendo muy lenta y agobiante.

Quiero que haga frío ya para poder llevar mi ropa de abrigo que mola mucho más que la que tengo para el calor!

Zero (post intrascendente)

Hace poco estaba en un bar cuando llegó el encargado de suministrar las bebidas. El dueño del bar rechazó más Coca-cola zero porque nadie la consumía y yo decidí probarla para poder juzgar. ¿Por qué la venden asegurando que tiene el mismo sabor que la normal? Sabe a Coca-cola light, es decir, mal. Vale, hay gente rarita y especial que prefiere el sabor de la coca-cola light, pero son minoría. La mayor parte de sus consumidores busca que no tenga azúcar y yo pienso: “Claro! Es mucho más sano pedir Coca-cola zero que un zumo de naranja o un vaso de agua. No te jode!”

Hay una fiebre por los alimentos light, bajos en grasas, en azúcar etc. que, desde mi punto de vista, no tiene ni pies ni cabeza. Una dieta mala y poco equilibrada no va a recuperarse por tomar una Coca-cola Zero. Señores, si quieren salud hagan ejercicio y coman variado, los productos light son más perjudiciales que otra cosa; si no lo creen observen con atención la cara de la joven de la foto.

(No vuelvo a escribir cuando no pueda dormir)