Nochevieja 07 (I) –Mal sabor de boca-
Por fin, por fin acabó este puto año! Cualquiera diría que comenzar el año travestido es una buena manera de pasar página. Yo lo pensaba, confiaba en el poder del mítico disfraz de Nochevieja pamplonica. Con lo que no contaba era con que me iba a dar uno de mis ataques de locura.
Hay ocasiones en las que me pongo nervioso y no me controlo. No hace falta una situación límite, difícil o intensa, simplemente dos o tres factores banales pero que me inquietan sobremanera consiguen que pierda el control en ocasiones hacia la ira y, más frecuentemente hacia la apatía. Sé lo que pensaréis ahora mismo: “Este es un flipao, un gilipollas o un victimista”. Me la suda lo que penséis, si no os gusta pasad al siguiente blog. El hecho es que algunos de esos factores se juntaron el día 31 y acabé extremadamente colérico con mi familia. Lo peor de todo es que era perfectamente consciente de la situación y no podía pararlo. Me sentía culpable en el mismo momento y más aún después.
Dos preguntas os rondan la cabeza ahora mismo: ¿Cuáles fueron esos factores? ¿Cuál fue la desmedida reacción? Prefiero no entrar en detalles. Lo único que voy a decir es que las merecidas respuestas que oí fueron lindezas como: “…que se quede en Madrid y no vuelva. Que le den por culo” o “Te tienen que mirar esos nervios antes de que te pase algo”. Si ellos supieran…
Desde el momento en que salí de casa (mentira, desde tres horas antes) decidí que lo único que podía hacer para pasar la noche era ponerme cieguísimo. Eso hice. Afortunadamente la noche acabó deparando agradables sorpresas que comentaré en la segunda parte. Lo único que me queda es hablar con la familia y aclarar todo el asunto.
Hay ocasiones en las que me pongo nervioso y no me controlo. No hace falta una situación límite, difícil o intensa, simplemente dos o tres factores banales pero que me inquietan sobremanera consiguen que pierda el control en ocasiones hacia la ira y, más frecuentemente hacia la apatía. Sé lo que pensaréis ahora mismo: “Este es un flipao, un gilipollas o un victimista”. Me la suda lo que penséis, si no os gusta pasad al siguiente blog. El hecho es que algunos de esos factores se juntaron el día 31 y acabé extremadamente colérico con mi familia. Lo peor de todo es que era perfectamente consciente de la situación y no podía pararlo. Me sentía culpable en el mismo momento y más aún después.
Dos preguntas os rondan la cabeza ahora mismo: ¿Cuáles fueron esos factores? ¿Cuál fue la desmedida reacción? Prefiero no entrar en detalles. Lo único que voy a decir es que las merecidas respuestas que oí fueron lindezas como: “…que se quede en Madrid y no vuelva. Que le den por culo” o “Te tienen que mirar esos nervios antes de que te pase algo”. Si ellos supieran…
Desde el momento en que salí de casa (mentira, desde tres horas antes) decidí que lo único que podía hacer para pasar la noche era ponerme cieguísimo. Eso hice. Afortunadamente la noche acabó deparando agradables sorpresas que comentaré en la segunda parte. Lo único que me queda es hablar con la familia y aclarar todo el asunto.
posted by Rick at 10:06 p. m.
2 Comments:
Por la gloria de mil madres Rick, qué hiciste qué hiciste.
Mucha pena tengo por no haberte visto travestido. Porque si lo piensas, íbamos disfrazados de lo mismo. Un alter ego de Daryl Hanna. y por eso, me alegro.
Nochevieja 07, la de cosas que pueden pasar en un sólo día.
pd: sabes que perdí el móvil nada más terminar de cenar. ya tengo otro móvil. pero casi ningún número. mándame un sms que te delate para que te apunte en la agenda please.
pd2: alquílate ya mismo buffalo´66. es una orden. le pega mucho a tu post desquiciado. de verdad que sí. verás qué bien te sienta.
al principio uno pierde un poco los nervios, pero luego hay un final feliz.
A mí me da mucha pena no haber visto cómo quedó al final tu disfraz. Tenía ganas. Te escribiré un mens que me delate y me alquilaré la peli. Seguiré tu consejo para que no haya más posts desquiciados.
Besos!
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